Cuenta la leyenda que hace muchos años atrás, Slenderman decidió tomarse unas bien merecidas vacaciones.
Luego de ver varios lugares alrededor del mundo, decidió que las pasaría en Puerto Rico. Así que se dirigió hacia allá.
Una vez que arribó a la isla, se alojó en una cabaña abandonada en medio de la selva cerca de Carolina.
Ahí Slenderman pasaba los dias durmiendo y dando sus habituales paseos noctunos, pero sin asustar a nadie.
Pero una mañana, el crujido de la desvencijada puerta de madera y el chirrido de las oxidadas bisagras interrumpió su sueño.
Luego que la puerta se cerró, las maderas del piso de la cabaña crujieron levemente y alguien se sentó en el banco de la sala.
Intrigado por esta inesperada visita, Slenderman se levantó del petate donde dormía en el sótano y moviéndose lentamente por las sombras de la cabaña, llegó a la sala de esta.
Ahí vio a una guapa muchacha de 22 años, que se había sentado a la mesa.
Sobre su cabeza llevaba una gorra de un equipo de fútbol local. Su pelo era de color castaño oscuro y lo llevaba peinado en cola de caballo. Tenía una nariz pequeña, labios delgados y ojos negros. Vestía un polo y un pantalón corto de jean. Sus senos eran de regular tamaño, marcándose ligeramente bajo la tela del polo.
Iba calzada con unas zapatillas y portaba una cartera.
De esta, sacó un cd-player portátil y un par de pequeños parlantes, así como una botella de ron.
Puso todos los objetos en la mesa, conectó los parlantes al cd-player portátil y apretó el botón de play. De los parlantes empezó a sonar un reguetón.
Entonces la muchacha abrió la botella de ron, tomó un sorbo y dejó la botella en la mesa. Inmediatamente después se levantó y empezó a bailar, al mismo tiempo que cantaba la canción.
La muchacha bailó y cantó todas las canciones del cd, hasta que solamente quedó un poco de ron en el fondo de la botella. Entonces recogió el cd-player portátil y los parlantes, para después irse de la cabaña.
Intrigado por lo que hizo la muchacha, Slenderman salió de la sombra y dejó de ser invisible. Se acercó a la mesa y agarró la botella.
La olió y sin pensarlo dos veces, tomó un sorbo.
Ahora se preguntarán como lo hizo, si no tiene ni boca ni nariz.
Pues bien, lo hizo porque él es Slenderman.
Y al tragar el sorbo de ron, nuestro protagonista se aficionó a esta bebida alcohólica.
Así que esa misma noche, se escurrió en una licorería y se llevó varias botellas de ron de diferentes marcas.
Al dia siguiente, la muchacha volvió a la cabaña e hizo de nuevo su habitual ritual. Desde las sombras y con una botella de ron en la mano, Slenderman la observaba.
Esto se repitió por una semana, mientras que a nuestro protagonista ella le parecía cada vez más hermosa.
Se había enamorado.
Así que un día, le habló telepáticamente y le contó quien era y lo que sentía por ella.
Al inicio, ella se asustó y quiso salir corriendo. Pero Slenderman se materializó con una botella de ron en la mano y a pesar de no tener rostro, algo le atrajo a la muchacha. Quizás fueron su impecable terno negro y camisa blanca.
Pero poco a poco, los dos se conocieron mejor.
La muchacha le dijo que se llamaba Julia y que le gustaba venir a la cabaña para tomar y bailar sin meterse en problemas.
Él le dijo por telepatía que era un ser sobrenatural y que estaba de vacaciones. Y que gracias a ella, le empezó a gustar el ron y el reguetón.
Así que dos semanas después, mientras los dos tomaban ron en la cabaña abandonada, pasó lo que tenía que pasar.
Y coincidentemente, al dia siguiente Slenderman decidió terminar sus vacaciones y regresó a su bosque.
Nueve meses después, Julia dio a luz un niño que varios años más tarde pasaría a ser un fenómeno de internet.
¡RECONOCE A TU HIJO, SLENDERMAN!
sábado, 1 de diciembre de 2012
El hijo perdido de Slenderman
Publicado por Comandante Bigotes en 9:34 p.m.
Etiquetas: creepypasta, hijo de Slenderman, Peter La Anguila, Puerto Rico, reguetón, videos graciosos, youtube
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
|No han caído bombas
Publicar un comentario